martes, 14 de octubre de 2014

"Caracas ciudad de despedida" la realidad consumió a la crítica.

En promedio 80 familias diarias abandonan el país en busqueda de un futuro. Los jóvenes y profesionales son los más desididos a irse

Ya van dos años de aquel polémico "Me iría demasiado", la expresión en mi opinión ridícula, pero no por ser acuñada a determinada clase social, sino porque demuestra que sin importar el estatus socio-económico el nivel educativo de Venezuela se encuentra en una situación preocupante. Pero más preocupante es que llorar la huida de un familiar, compañero o amigo se ha vuelto tan común como una educación mediocre.  

Quizás, la mayoría de quienes lean esto piensan como yo lo hacía. Ignorantes de la situación salimos a tomar porque Katherina se va para Alemania, porque Yoiber consiguió residencia en EE.UU. y se va para Miami, porque Luis consiguió una beca de estudios en Madrid; en casi todos los casos es motivo de celebración. Claro, hasta que llega la hora del "Hasta luego" que usualmente cambia a un "Adiós". Y es que los que nos quedamos nos entregamos a las manos de Dios. Jugamos a la ruleta rusa, esperando a que nos llegue el momento. 

"Los profesionales, estudiantes y echados pa' lante son los que se están yendo, aquí esta quedando pura m***** y nosotros", palabras de un comerciante caraqueño. Este hombre no parece estar muy equivocado. En promedio 80 familias abandonan nuestra tierra cada día. Lo trágico esta en que casi el total de quienes huyen son jóvenes y profesionales, es decir, los motores del progreso son quienes dejan la patria atrás. Sin embargo, no puedo estar en desacuerdo con ninguno, pues la libertad es el derecho más importante. Sin libertad no hay vida. Y aquí en Venezuela no hay libertad, por que en un país donde no puedes elegir que escuchar, que comprar, que comer, en que trabajar, en que gastar tu dinero, ni siquiera en que pensar puede considerarse libre. 


Después de despedir a una docena de amigos entre septiembre y octubre, pierdo a uno de mis amigos más cercanos. Las lágrimas ahora son reales; y como esta son miles de historias que se han vuelto más comunes que el aire. Nada como un golpe para darte cuenta de la realidad. 

¿Cómo se puede convencer a alguien de quedarse? Por el contrarío, lo común es fomentar la iniciativa de abandonar el país. América Latina vive un boom, pero aquella Venezuela, envidia de miles, parece haber quedado atrás. La

La decana de investigación y Desarrollo de la Universidad Simón Bolívar, Elia García, indicó que en los últimos cuatro años la casa de estudio ha perdido 260 profesores; todos tenían doctorado. Reseñó Unión Radio. Resaltó su preocupación por la línea de investigación y desarrollo, pues "no estamos aislados, solos, necesitamos que ese reconocimiento en todos los niveles".

Hace un par de años, Ivanna Chávez y Javier Pita llevaron a cabo una producción llamada "Caracas Ciudad de Despedidas", este se hizo viral; despertando severas criticas del público. Sin embargo, aunque la manera de exponer la situación no fue la mejor, hay un hecho real y claro: la juventud se esta yendo del país.

Según encuestas recientes dirigidas a la población estudiantil, el 58% de los jovenes aseguró que se iría si tuviese la oportuniudad. Una cifra que continua creciendo.

 El éxodo parece ser inevitable a tal punto que no me molestaré en dar soluciones que a corto y mediano plazo serán inútiles. Solo puedo mostrar la preocupación de que no solo regalamos petróleo, barcos y millones de dólares, sino que ahora regalamos cerebros.




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