sábado, 4 de octubre de 2014

Maiquetía, un destino no tan chévere






En el país son cada vez más los venezolanos que aspiran a emigrar hacia otros países. Entre el 2005 y el 2010 (fecha en la cual se realizaron los últimos censos sobre venezolanos en el exterior) el número de venezolanos en el extranjero pasó de 378 mil a 521 mil, entre ellos 215 mil viven en Estados Unidos. Según datos de la última encuesta Omnibus realizada por Datánalisis, el 10% de los venezolanos confiesan hacer tramites para emigrar, entre los cuales se encuentran personas pertenecientes a todas las clases sociales, aunque la clase social alta-media es la que más se manifiesta ante esta situación. ¿Por qué emigra el venezolano? Las respuestas a pesar de ser múltiples se resumen en temas que ya son más que conocidos en el país: la violencia en las calles, la inseguridad personal, los problemas políticos y la crisis económica. El deseo de abandonar el país supera los momentos críticos de los años 2002 y 2004, afirma el periódico El Universal.
Asimismo el número de jóvenes (edades comprendidas entre 18 y 35) que desea partir al exterior aumenta, estos ven los estudios como una oportunidad para abandonar el país y comenzar una nueva vida en el extranjero. No obstante, lograrlo no es tan fácil como decirlo, las divisas para estudiantes sufren dificultades, refiriéndose al dólar, que varía cada día, además lograr planificar un viaje de estudios requiere de mucha antelación ya que en Venezuela las aerolíneas y aviones también presencian cambios.
Por otra parte, aquellos que no son estudiantes, que deciden irse del país, lo hacen con el fin de ir en busca de un nuevo empleo o quizás uno mejor, según el investigador Carlos Subero refiriéndose a EEUU “la gran mayoría de los venezolanos que intentan aventurarse a emigrar entra con visa de turista o negocios de no inmigrante. Durante el año 2010 , ingresaron 527.907 ciudadanos venezolanos con visa de no inmigrante según documento de I-94”.
Para  muchos la idea de abandonar el país no es sinónimo de alegría, sino más bien de pena e incluso tristeza. Sobre todo para niños cuyos padres quieren irse y éstos no, ya que de cierta forma se encuentran “amarrados” a los susodichos. La mayoría se acostumbra a la idea pero otros pueden desarrollar rabia hacia sus padres por obligarlos a irse.
Después de todo, a ningún venezolano le gustaría verse obligado a abandonar el país, su país, en donde creció y donde tiene amistades, a causa de motivos cuyas soluciones escapan de sus manos.

Por:Ivana Jiménez (@IvanaJimenezB)

0 comentarios:

Publicar un comentario